Hemos disfrutado mucho pintando a Sam, a los muchos Sam que Andy tuvo a lo largo de su vida. Aunque hemos partido de un modelo, los niños y niñas han vuelto a crear su propia versión de Sam. Porque de eso se trata, no de copiar sino de recrear un cuadro, de darle cuerpo propio, vida propia. Las clases de plástica son un espectáculo difícil de llevar si uno es un maestro meticuloso y amante del orden. Admito que salgo con los nervios de punta de cada sesión de plástica, pero cuando veo los resultados me digo: "Las condiciones son las que son, yo no puedo cambiarlas, pero sí puedo, con lo que tengo (una clase pequeña, 45 minutos entre cambio de clase y salida para casa, y muchos niños nerviosos) crear un pequeño espacio para crear". El arte es vida, entiendo que la creación requiere movimiento, experimentación, comunicación; los niños aprenden pasándolo todo por su cuerpo, ensuciándose, ensuciando. ¿Hay algo más desordenado que el estudio de un pintor? ....seguramente nuestra clase los martes y los jueves a las dos. Pero si algún día estos niños y niñas me recuerdan no lo harán porque aprendieron a leer y a escribir con la maestra Berta, espero que lo hagan porque les di la oportunidad de pintar sin compararse, sin el bien o mal que acompaña a muchos dibujos infantiles, porque pudieron experimentar con los colores más allá del coloreado del que tanto se abusa en la escuela, porque disfrutaron en suma, porque tuvieron la oportunidad de ser pequeños artistas.
Y aquí está el resultado. ¡Me encanta!
GATO SAM. by Slidely Slideshow
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